La decisión papal que cambiaría para siempre el Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria
Si el Papa fija la Semana Santa para siempre en la tercera semana de abril, el Carnaval mantendría en adelante la fecha de 2025
El Martes de Carnaval caería en la primera semana de marzo
En las últimas semanas, suena con fuerza el debate de fijar para siempre la fecha de la Semana Santa, una fiesta establecida como móvil en el calendario litúrgico hace diecisiete siglos, desde el Concilio de Nicea, celebrado en el año 325. La decisión, que está en manos del Papa Francisco y del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, las dos cabezas dirigentes de las iglesias cristianas católica y ortodoxa, se plantean celebrar la Semana Santa en adelante en la tercera semana de abril, lo cual llevaría el Martes de Carnaval a la primera semana de marzo, cambiando para siempre la fecha de celebración de una fiesta central para Las Palmas de Gran Canaria.
¿Qué propicia que se produzca ahora este debate? El asunto está en que en 2025 es el 1.700 aniversario del sínodo que estableció la Pascua cristiana y que coinciden las celebraciones en las dos religiones, que solo convergen en raras ocasiones desde hace 443 años. Por estos motivos, los dos dirigentes se estarían planteando unificar la fecha de la fiesta para siempre. Aquí tienes más información sobre la coincidencia de la Semana Santa católica con la ortodoxa.
Por parte de la iglesia católica ya se sabe que el Papa Francisco es favorable a esta unificación. De hecho, ya se pronunció sobre ello en 2015.
La Pascua católica y la ortodoxa no siempre coinciden, más bien lo hacen rara vez. En este siglo, solo hay 21 coincidencias y una de ellas es la de 2025. Las dos iglesias celebran la Semana Santa por separado desde 1582, a partir del momento en que la iglesia católica adoptó el calendario gregoriano, mientras que la ortodoxa continuó rigiéndose por el calendario juliano hasta la fecha.
Calendario mundial
Este cambio, realizado para corregir el desfase entre el calendario solar y el calendario juliano, determinó un adelanto de diez días en octubre de 1582, de forma que tras el jueves 4 de octubre el viernes no fue 5 de octubre, sino 15. Este salto y unos ajustes en los años bisiestos marcaron las novedades del calendario gregoriano, cuyo fin último era poner orden en el calendario litúrgico.
El calendario gregoriano se impuso de inmediato en todos los países católicos, mientras que los ortodoxos y protestantes, incluidos los anglicanos, mantuvieron el juliano. Con el tiempo, los estados fueron abrazando el calendario gregoriano, que hoy es el que rige en todo el mundo. El último país en adoptarlo fue la República Popular China, en 1949.
Fiestas fijas y Semana Santa siempre en abril
Paralelamente al largo viaje del calendario gregoriano a calendario mundial, la Iglesia Católica ha ido adaptando su calendario litúrgico y convirtiendo en fijas fiestas que antes eran móviles, como el Corpus Christi, por ejemplo. La Semana Santa es la última fiesta móvil que mantiene. Se rige aún por la convención establecida en el congreso de Nicea, que ordenó que la Pascua coincidiera con el primer plenilunio tras el equinoccio de primavera.
También es así para la Iglesia Ortodoxa, pero el desfase entre el calendario juliano y el gregoriano impide su coincidencia siempre. En el calendario juliano, el equinoccio de primavera siempre es en todo el hemisferio norte el 25 de marzo, mientras que en el calendario gregoriano no tiene una fecha fija, puede tener lugar entre el 19 y el 21 de marzo.
Un acuerdo entre las dos iglesias para unificar la fecha de la Semana Santa y mantenerla fija para siempre en abril implicaría cambios que van más allá de los calendarios litúrgicos de una y otra religión. Aquí tienes más información sobre el establecimiento de la Semana Santa para siempre en abril.
Uno de los efectos inmediatos sería sobre el Carnaval, que también quedaría fijado en una fecha, cosa que importa mucho en Canarias. Pero hay más fiestas que se verían afectadas, como por ejemplo la Feria de Abril, en Sevilla.
¿En qué nos afecta este cambio?
Aunque ya se conocen las fechas en las que caerá la Semana Santa de muchos años en adelante, la fijación de una semana concreta para siempre acabaría con muchos problemas en las empresas y en la sociedad. En primer lugar, facilita la organización de viajes, eventos culturales y religiosos, así como actividades turísticas y económicas.
También simplifica la organización de actividades escolares, laborales y sociales al tener una fecha fija para las vacaciones. Y por último, fortalece la promoción de la Semana Santa como un evento cultural y religioso de gran importancia, atrayendo a más visitantes y fomentando el desarrollo local.
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