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Yoga con arena y salitre en la Cícer

Cerca de 300 personas participan en una multitudinaria clase gratutita en la playa de Las Canteras

Yoga en Las Canteras

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Unas 300 personas participaron esta mañana en la clase magistral y gratuita de yoga que ofrecieron en la playa de Las Canteras, en la zona de la Cícer, los profesores John y Christelle Donaghy, para compartir con la gente y dar a conocer los beneficios de esta práctica milenaria. El tremendo calor que ha hecho hoy sábado desde primeras horas de la mañana no ahuyentó a la gente. Al contrario, se esperaban unas 150 personas y al final acudieron cerca de 300 a una clase multitudinaria, que se celebró en medio del salitre, la arena y el sonido de las olas.

Al término de la clase, en la que se practicaron las posturas, la respiración y la relajación bajo el cielo, hubo queque de chocolate para los más golosos y todo el que quiso se dio un baño en el mar. Un plan ideal para comenzar un más que caluroso sábado de septiembre livianos como plumas. En palabras de Donaghy, lo que consigue el yoga es que "la gente se ría, que se haga un poco más flexible, más fuerte, más equilibrada y", en resumen, "que esté más afinada".

John Donaghy, responsable junto a su esposa Christelle de la escuela Om Yoga Las Palmas, explica que Las Canteras es un sitio ideal para practicar el yoga porque "la gente está en plena naturaleza. Lo que se pretende con el yoga es tener paz en la mente y hacerlo en la arena, con el sonido del mar y el sol, te da una paz tremenda. Y se consigue uno de los objetivos del yoga: que la gente sea feliz. Y Las Canteras es un sitio espectacular".

Los Donaghy comenzaron en mayo de 2016 a ofrecer sus clases magistrales gratuitas en Las Canteras. A la primera sólo fueron 50 personas. A la segunda, que tuvo lugar en septiembre de 2017, acudieron 150 y esta mañana casi llegan a las 300. Para los profesores, estas clases son una forma de "compartir con la gente, para que prueben el yoga. Si les gusta, pueden seguir y si no les gusta, pues no pasa nada. El yoga nos ha ayudado tanto a nosotros -que teníamos hace años una vida más estresada y más apresurada- a sentirnos mejor a tener más silencio y más paz, que queremos compartirlo con la gente".

John es irlandés y Crhistelle, francesa. Aterrizaron en Gran Canaria en 2011, cuando ambos decidieron dar un salto al vacío y abandonar su vida anterior en Irlanda, donde él era asesor en el Gobierno de Irlanda y ella trabajaba como enfermera. Pero no fue hasta hace dos años que crearon la escuela de la calle Vergara. Vinieron por un año y ya llevan siete.

"Conseguir la paz de la mente sentirte feliz. Esos eran los objetivos del yoga cuando empezaron a practicarlo en el Himalaya hace miles de años. La parte física viene después y está orientada a facilitar la meditación. Las posturas nos permiten tener un cuerpo más flexible para poder meditar y así tranquilizar la mente. La gente me dice que viene a clase estresada y salen ligeros y relajados", explica John, que lleva 30 años meditando y 15 practicando yoga.

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