Eriksson, al quirófano

El primer gran contratiempo del Herbalife está en la rodilla derecha de Marcus Eriksson. El escolta del Granca pasará hoy por el quirófano en el Hospital Asepeyo Sant Cugat de Barcelona para someterse a una artroscopia en su rodilla con la intención de solucionar unos problemas que lleva arrastrando desde el final de la temporada pasada.

El club, a través de un comunicado emitido al mediodía de ayer, anunció esta decisión que se ha tomado en consenso con el jugador. Desde el pasado mes de junio, justo al término de la temporada, el exterior sueco ha llevado a cabo un tratamiento médico dirigido desde la capital catalana con la supervisión de los servicios médicos del club claretiano. Todo con el objetivo de subsanar los problemas que había acarreado durante el tramo final de la campaña.

Durante ese procedimiento médico, el jugador de Upsala fue tratado con factores de crecimiento con el objetivo de regenerar el menisco y evitar el quirófano. Un procedimiento más conservador que pasar a la sala de operaciones, elegido por Eriksson junto a los médicos del Granca. Ese tipo de tratamiento funcionó, por ejemplo, con Oriol Paulí durante la pasada campaña, cuando se lesionó de gravedad en el tobillo. A través de plasma rico en plaquetas (PRP), un material biológico obtenido de la misma sangre del paciente, el alero gerundense evitó la cirugía.

Marcus Eriksson experimentó cierta mejoría durante estos meses y ya estaba inmerso en su puesta a punto de cara a la pretemporada. No obstante, con los plazos marcados y definidos, Eriksson no se terminaba de encontrar a gusto. Ese hecho, según deslizan fuentes próximas al jugador, provocó que se decidiera por el quirófano. Ahora, los cirujanos del Hospital Asepeyo Sant Cugat intentarán recuperar el menisco del jugador -que no extirparlo, algo que podría llevar problemas a medio o largo plazo en un deportista de élite-.

El plazo estimado de baja del jugador sueco se cifra entre las cuatro o cinco semanas desde la operación. Con el calendario en la mano, Eriksson estaría listo para empezar a entrenar a mediados de septiembre, con suerte antes del inicio de la temporada, marcado para el 27 del mismo mes frente al FC Barcelona en la Liga Endesa.

La pasada temporada, aunque Eriksson fue uno de los jugadores más regulares, también fue uno de los que más percances sufrió. El más grave, con la selección de Suecia en una de las polémicas 'ventanas FIBA'. Marcus Eriksson se perdió diez partidos de la Liga Endesa por culpa de una fractura en uno de los huesos de su mano.

El problema del cupo

La lesión de Marcus Eriksson, además de la arista del propio significado en el juego que tiene el exterior escandinavo, tiene también otras lecturas. Por ejemplo, su lesión puede afectar a la propia configuración de la plantilla para los primeros días de competición en la Liga Endesa si no llegase a tiempo.

En la actualidad, en plantillas de 10 a 12 jugadores, la normativa vigente en la Liga Endesa exige que debe haber un mínimo de cuatro jugadores de formación si es de entre 10 y 12 o de solo tres si es de 9 o menos. El Granca, que tiene 13 profesionales en nómina, cuenta en su 'roster' con cuatro jugadores que cumplen con los requisitos para tener la licencia 'JFL' (jugador formado localmente): Albert Oliver, Xavi Rabaseda, Oriol Paulí y Eriksson.

En caso de no tener disponible a uno de esos jugadores, para los partidos en ACB, el club se vería obligados a completar su banquillo siempre con algún baloncestista de su equipo vinculado, en este caso, su filial de la Liga EBA. Ahí aparecen los nombres de jugadores como Olek Balcerowski, Biram Faye o Javi López. No así el de Jovan Kljajic, al que le queda un año para ser considerado jugador de formación [jugadores comunitarios o con tratados con la UE que entre su primer año de categoría cadete y su primer año de categoría senior haya estado inscrito con cualquier club afiliado a la FEB en un período, continuado o no, de 3 temporadas".]